sábado, 17 de noviembre de 2018

Kurt Lutman, jugando con las palabras

Kurt fue un buen jugador de fútbol. Igualmente, los hinchas de Newell´s  lo quieren  por su entrega en la cancha pero más aún por lo que representó. Kurt es tomado como una especie de emblema en la lucha que los hinchas del club rosarino tuvieron contra Eduardo López, expresidente de Newell´s y delincuente.
Existe una leyenda urbana, basada en hechos reales, que resumidamente cuenta que Lutman se enfrentó a López  en un vestuario porque el por entonces presidente solo le había pagado a él dado que su padre trabajaba en el club y que con sus compañero mantenía la deuda. Así fue que no volvió a jugar en Newell´s. Esa es la historia que se corre  y que elevaron a Kurt en la consideración del hincha. La historia contada por el protagonista tiene menos heroísmo y lo baja baja del lugar al que él no desea estar subido.
Una vez corrido de la vida futbolística se comenzó a escuchar el nombre de Kurt Lutman unidos a ciertos textos que mezclaban fútbol, pasión y barrio. Se volvió un escritor, aunque a él tampoco le guste etiquetarse de esa forma. Comenzó a jugar con las palabras y a unirlas en párrafos que cuentan desde realidades de pibes de esos barrios a los que empezó a frecuentar hasta los inicios del Pibe Valderrama. Reivindica en sus cuentos  el jugar por el simple hecho de la alegría, de entrar en una cancha gambeteando tristezas y jugar con el alma del pibe que fuimos en algún potrero.
Aquella anécdota retocada con Eduardo López pinta un poco a Kurt. La pelea por los demás y el poner su carne y sus huesos en las reivindicaciones sociales muestran su vida. Siempre está de pie en la lucha por los derechos humanos junto a la agrupación H.I.J.O.S.
Y de una de esas luchas, de una marcha se acercó a El Gomecito para que grabemos su narración. El contacto había sido por Facebook. Soy hincha de Newell´s y lector de alguno de sus cuentos, así que le escribí. La respuesta fue inmediata y positiva. Entonces lo teníamos ahí, en jogging y buzo liviano a rayas, contándonos cosas, navegando entre temas, queriéndonos conocer, no porque dudara de nosotros, porque así es él, hace de las palabras una forma de vida.
Todos los problemas que pudimos tener con las luces los tuvimos con Kurt como espectador. Pero él hizo que el problema fuese un momento a rescatar, una anécdota divertida que contar.
Se sentó, lo iluminamos, se puso los lentes que se sostenía con una goma elástica y nos mostró cómo sabe jugar con las palabras

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